miércoles, 27 de febrero de 2019

Cómo hablar de los problemas Los hombres y las mujeres tienen formas diferentes de comunicarse. Comprender las diferencias puede evitarles muchas frustraciones.

EL PROBLEMA

¿Le ha ocurrido alguna vez que después de tratar un problema con su cónyuge acabaron más molestos que cuando empezaron a hablar? En ese caso, usted puede mejorar la situación. Pero antes que nada, hay algunas cosas que debería saber sobre las diferentes formas de comunicarse que tienen hombres y mujeres. *

LO QUE DEBE SABER


Las mujeres prefieren explicar todo el problema antes de escuchar una solución. De hecho, en ocasiones hablar es la solución.
“Cuando le expreso mis sentimientos a mi esposo y veo que me entiende, me siento mucho mejor. Normalmente, unos pocos minutos después de la conversación ya lo he superado” (Sirppa). *
“No puedo pensar en otra cosa hasta que no le explico a mi esposo cómo me siento. Hablarlo es un modo de zanjar el problema” (Ae-Jin).
“Es como un trabajo de investigación. Mientras hablo, voy analizando el problema y trato de entender las causas” (Lourdes).
Los hombres tienden a buscar soluciones. Y es que un hombre se siente útil cuando puede solucionar algo. Para él es la manera de demostrarle a su esposa que está ahí para ayudarla. Por eso, a los esposos les desconcierta que no se acepten sus soluciones enseguida. Un esposo llamado Kirk comenta: “No entiendo por qué quieren hablar de un problema si no es para hallar una solución”.
Ahora bien, el libro Siete reglas de oro para vivir en pareja advierte: “La comprensión debe preceder al consejo. Tu compañero/a debe saber que comprendes el problema, antes de que sugieras una solución. Muchas veces tu  pareja no estará pidiendo en absoluto una solución, sino sólo que escuches”.

LO QUE PUEDEN HACER

Un consejo para el esposo. Acostúmbrese a escuchar con interés y atención. Un hombre llamado Tomás dice: “A veces, después de haber escuchado a mi esposa, me quedo con la idea de que no se solucionó nada. Pero, por lo general, lo que mi esposa necesita es precisamente eso, que la escuche”. Stephen expresa lo mismo: “He notado que lo mejor es permitirle a mi esposa que se exprese y no interrumpirla”. Y añade: “La mayoría de las veces, cuando acaba me dice que se siente mejor”.
Intente esto: La próxima vez que su esposa le cuente un problema, resista la tentación de darle un consejo si no se lo ha pedido. Mírela a los ojos y preste atención a lo que dice. Asienta con la cabeza cuando esté de acuerdo. Repita la esencia de lo que ella le dijo para que vea que la entendió. “A veces, mi esposa solo necesita saber que la comprendo y que estoy de su parte”, comenta Carlos (texto bíblico clave: Santiago 1:19).
Un consejo para la esposa. Dígale a su esposo lo que necesita que él haga. “Quizás esperemos que nuestros esposos sepan qué necesitamos —explica Elena—, pero a veces hay que decírselo claramente”. Inés propone empezar la conversación así: “Hay algo que me preocupa, y me gustaría que me escucharas. No necesito que lo soluciones, pero sí me ayudaría que entiendas cómo me siento”.
Intente esto: Si su esposo se apresura a dar una solución, no piense que es un insensible. Lo más probable es que quiera aliviarle la carga. “En vez de molestarme —comenta una mujer llamada Ester—, trato de pensar que mi esposo se preocupa por mí y quiere escucharme. Pero que, además, me quiere ayudar” (texto bíblico clave: Romanos 12:10).
Un consejo para los dos. Solemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Sin embargo, para solucionar los problemas, piense en cómo le gustaría a su cónyuge que lo tratara usted (1 Corintios 10:24). Miguel lo explica así: “Los esposos debemos estar dispuestos a escuchar y las esposas a oír soluciones de vez en cuando. Así, cuando cada uno pone de su parte, los dos salen ganando” (texto bíblico clave: 1 Pedro 3:8).

martes, 26 de febrero de 2019

Tres cosas que el dinero no puede comprar

AUNQUE se vean ante el peligro de perder el empleo, la casa y hasta la pensión, muchas personas siguen obsesionadas con tener todo lo que el dinero puede comprar. ¡Qué ironía!
Esa actitud las convierte en blanco fácil de las atractivas campañas publicitarias que quieren convencernos de que necesitamos una casa más grande, un auto mejor o ropa de marca. ¿No tiene usted dinero? No importa, cárguelo a la tarjeta de crédito. Para muchos, lo importante es dar la apariencia de tener dinero aunque estén endeudados hasta el cuello.
Pero tarde o temprano chocan con la realidad. “Comprar artículos lujosos a crédito para parecer y sentirse importante es como fumar crac para sentir euforia. Las dos cosas se consiguen fácilmente y producen el efecto deseado, pero solo por poco tiempo. A la larga, las dos dejan a la persona deprimida y sin un centavo”, dice el libro The Narcissism Epidemic (La epidemia del narcisismo).
La Biblia indica que jactarse de lo que uno tiene es absurdo (1 Juan 2:16). Y con razón, pues la obsesión por lo material distrae a las personas de las cosas que realmente tienen importancia en la vida, las cosas que el dinero no puede comprar. Veamos tres ejemplos.

 1. LA FELICIDAD FAMILIAR

Una adolescente de Estados Unidos llamada Beatriz * dice que su padre da demasiada importancia al trabajo y al dinero que gana. “Tenemos todo lo que necesitamos y más, pero con tantos viajes de negocios, papá nunca está en casa. Sé que tiene que trabajar, pero también debe dedicar tiempo a la familia”, comenta.
Pregúntese: ¿Qué podría lamentar con el tiempo el padre de Beatriz? ¿Qué efecto está teniendo en la relación con su hija el que le dé tanta importancia a lo material? ¿Qué cosas necesita su familia mucho más que el dinero?
Principios bíblicos:
  • “El amor por el dinero causa toda clase de males. Por querer tener más y más dinero, algunos [...] se han causado gran sufrimiento.” (1 Timoteo 6:10La Palabra de Dios para Todos.)
  • “Un plato de verduras con alguien que amas es mejor que carne asada con alguien que odias.” (Proverbios 15:17Nueva Traducción Viviente.)
Conclusión: El dinero no puede comprar la felicidad familiar. Esta solo se consigue dedicando tiempo a la familia y dándole el cariño y la atención que merece (Colosenses 3:18-21).

 2. UN FUTURO REALMENTE SEGURO

“Mi mamá siempre me está diciendo que me case con un hombre rico y que, por si algo falla, aprenda una profesión para conseguir un buen empleo que me permita vivir bien el resto de mi vida —dice Sara, de 17 años—. Parece que lo único que le preocupa es el dinero.”
Pregúntese: ¿Qué cosas le preocupan del futuro? ¿Son preocupaciones válidas, o más bien obsesiones? ¿Qué cambios debería hacer la madre de Sara en su manera de ver la seguridad económica?
Principios bíblicos:
  • “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan.” (Mateo 6:19.)
  • “Ustedes no saben lo que será su vida mañana.” (Santiago 4:14.)
Conclusión: El dinero no es la clave para tener un futuro seguro, pues se puede perder. Además, el dinero no puede impedir que uno enferme y muera (Eclesiastés 7:12). La Biblia enseña que la clave para un futuro realmente seguro está en conocer a Dios y su propósito (Juan 17:3).

 3. VERDADERA SATISFACCIÓN EN LA VIDA

“Mis padres me enseñaron a llevar una vida sencilla —dice Tania, de 24 años—. Aunque por lo general solo teníamos lo básico, mi hermana gemela y yo crecimos felices.”
Pregúntese: ¿Por qué puede ser difícil sentirse satisfecho con lo necesario? ¿Qué ejemplo le está dando a su familia en lo que tiene que ver con el dinero?
Principios bíblicos:
  • “Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” (1 Timoteo 6:8.)
  • “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual.” (Mateo 5:3.)
Conclusión: El dinero y las cosas que este puede comprar no son lo más importante en la vida. Bien dice la Biblia: “Hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee” (Lucas 12:15). Para hallar verdadera satisfacción en la vida, necesitamos conocer la respuesta a preguntas como las siguientes:
  • ¿Por qué existimos?
  • ¿Qué nos depara el futuro?
  • ¿Cómo puedo satisfacer mis necesidades espirituales?
Los testigos de Jehová, editores de esta revista, le ayudarán con mucho gusto a responder estas preguntas. Puede comunicarse con ellos personalmente o visitar nuestro sitio de Internet, jw.org.

lunes, 25 de febrero de 2019

El camino de la felicidad: Estar contentos con lo que tenemos y ser generosos

¿SE HA FIJADO EN QUE SUELE MEDIRSE LA FELICIDAD Y EL ÉXITO DE ALGUIEN EN FUNCIÓN DEL DINERO Y DE LAS COSAS QUE TIENE? Influidas por ese punto de vista, millones de personas trabajan sin descanso para ganar más dinero. Pero ¿es así como se obtiene la verdadera felicidad? ¿Qué demuestran los hechos?
Según la revista Journal of Happiness Studies, una vez que se han cubierto las necesidades básicas, tener más ingresos no aumenta significativamente la felicidad ni la sensación de bienestar. “Lo que nos hace infelices no es el dinero en sí mismo, sino el afán por conseguirlo”, afirma un artículo de la revista Monitor on Psychology. Este comentario se parece a lo que la Biblia dijo hace casi dos mil años: “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos [...] se han acribillado con muchos dolores” (1 Timoteo 6:9, 10). ¿Cuáles son algunos de esos “dolores”?
LA PREOCUPACIÓN Y LA PÉRDIDA DE SUEÑO POR PROTEGER LO QUE TENEMOS. “Dulce es el sueño del que rinde servicio, sin importar que sea poco o mucho lo que coma; pero la abundancia que pertenece al rico no le permite dormir” (Eclesiastés 5:12).
LA DECEPCIÓN QUE SENTIMOS CUANDO NO SOMOS TAN FELICES COMO ESPERÁBAMOS. Esa decepción se debe en parte a que el deseo de tener más dinero es insaciable. “Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos” (Eclesiastés 5:10). Además, para satisfacer ese deseo, algunos quizás sacrifiquen cosas importantes que sí producen felicidad, como pasar tiempo con la familia y los amigos, o realizar actividades espirituales.
EL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN QUE SENTIMOS CUANDO EL DINERO O LAS INVERSIONES SE PIERDEN O SE DEVALÚAN. “No te afanes por obtener riquezas. [...] ¿Has hecho que tus ojos les echen un vistazo, cuando no son nada? Porque sin falta se hacen para sí alas como las de un águila y vuelan hacia los cielos” (Proverbios 23:4, 5).

 VALORES QUE NOS HACEN FELICES

ESTAR CONTENTOS CON LO QUE TENEMOS. “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas” (1 Timoteo 6:7, 8). Las personas que están contentas con lo que tienen no suelen quejarse ni sentir envidia. Además, como sus deseos no están por encima de sus posibilidades, se evitan mucha ansiedad y estrés.
SER GENEROSOS. “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Quienes son generosos son felices porque disfrutan haciendo felices a los demás, aunque lo único que puedan dedicarles sea su tiempo y sus energías. A menudo, estas personas obtienen a manos llenas cosas que el dinero no puede comprar: amor, respeto y amigos verdaderos, quienes a su vez corresponderán a su generosidad (Lucas 6:38).
DAR MÁS IMPORTANCIA A LAS PERSONAS QUE A LAS COSAS. “Mejor es un plato de legumbres donde hay amor que un toro cebado en pesebre y, junto con él, odio” (Proverbios 15:17). ¿Qué significan estas palabras? Que es mejor tener buenos amigos y sentirse querido que tener mucho dinero. Y el amor, como veremos después, es indispensable para ser feliz.
Sabina, una mujer de Sudamérica, comprobó lo sabios que son los principios bíblicos. Cuando su esposo la abandonó, tuvo que luchar mucho para cubrir sus necesidades y las de sus dos hijas. Tenía dos trabajos y se levantaba todos los días a las cuatro de la madrugada. Aunque terminaba agotada, decidió estudiar la Biblia. ¿Cuál fue el resultado?
Su situación económica no cambió mucho, pero su actitud ante la vida sí. Se sintió feliz al satisfacer su necesidad espiritual y al enseñar a otros lo que había aprendido (Mateo 5:3). Además, encontró amigos verdaderos entre sus compañeros de creencia.
La Biblia dice: “La sabiduría queda probada justa por sus obras”, es decir, queda demostrada por los buenos resultados que produce (Mateo 11:19). En efecto, estar contentos con lo que tenemos, ser generosos y anteponer las personas a las cosas es, sin duda, lo más sabio.

lunes, 11 de febrero de 2019

¿Qué puedo hacer para no caer en el agotamiento extremo?

¿Qué podría llevarte hasta ese punto? ¿Podría pasarte a ti? ¿Qué puedes hacer para evitarlo?

¿Sientes que ya no puedes más? Entonces, este artículo es para ti.

 ¿Qué podría llevarte hasta ese punto?

  • Estar sobrecargado. Una chica llamada Julie comenta: “En todo lo que hacemos, siempre se nos dice que debemos seguir mejorando, superarnos a nosotros mismos, ponernos objetivos más altos y conseguir mejores resultados. ¡Es muy difícil vivir con esa presión!”.
  • La tecnología. Con los teléfonos, tabletas y otros dispositivos electrónicos estamos disponibles prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esto puede hacer que sintamos tanto estrés que terminemos fundidos.
  • Dormir poco. Una joven que se llama Miranda dice: “La escuela, el trabajo y el tiempo libre hacen que mucha gente joven entre en el círculo vicioso de levantarse temprano y acostarse tarde”. Este hábito podría llevarnos al agotamiento extremo.

 ¿Por qué debes tener cuidado?

La Biblia nos anima a ser trabajadores (Proverbios 6:6-8; Romanos 12:11). Pero no nos dice que trabajemos tanto que descuidemos todo lo demás, como nuestra salud.
“Una vez me di cuenta de que no había comido nada en todo el día por estar demasiado ocupada atendiendo todas las responsabilidades que había aceptado. Aprendí que no es bueno decir que sí a todo lo que me piden, y menos si eso afecta a mi salud” (Ashley).
Con razón, la Biblia dice: “Un perro vivo está en mejor situación que un león muerto” (Eclesiastés 9:4). Cuando te exiges mucho puedes sentir que eres fuerte como un león, al menos durante un tiempo. Pero, si llegas al agotamiento extremo, podrías tener problemas de salud muy graves.

 Lo que puedes hacer

  • Aprende a decir que no. La Biblia dice: “La sabiduría está con los modestos” (Proverbios 11:2). Una persona es modesta cuando reconoce sus límites y no acepta más responsabilidades de las que puede cumplir.
    “Las personas que no saben decir que no y que intentan cumplir con todo lo que se les pide son las víctimas favoritas del agotamiento extremo. Eso no es ser modesto. Y, tarde o temprano, las llevará al límite del agotamiento” (Jordan).
  • Descansa lo suficiente. La Biblia dice: “Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6). Se ha dicho que dormir es “alimentar el cerebro”. Los jóvenes deberían dormir de ocho a diez horas todas las noches, pero la mayoría de ellos no lo hace.
    “Antes, cuando tenía la agenda repleta de cosas que hacer, no dormía lo suficiente. Pero, a veces, solo necesito dormir una hora extra para ser más productiva y sentirme más contenta al día siguiente” (Brooklyn).
  • Organízate. La Biblia dice que para que nos vaya bien hay que hacer planes (Proverbios 21:5). Aprender a organizar tu tiempo y decidir la cantidad de actividades que puedes realizar es algo que te servirá toda la vida.
    “Gran parte del estrés que nos provocamos se puede evitar usando una agenda. Cuando ves tu horario en una agenda, es más fácil saber qué cambios debes hacer para no acabar agotado” (Vanessa).

sábado, 9 de febrero de 2019

¿Puede ayudarnos la Biblia a luchar contra la depresión?

La respuesta que da la Biblia

Claro que sí. De hecho, la mejor ayuda proviene de “Dios, que da aliento a los deprimidos” (2 Corintios 7:6Nueva Biblia Española).

¿Qué clase de ayuda ofrece Dios a los deprimidos?

  • Fortaleza. ¿De qué manera “da aliento” Dios a los deprimidos? Tal vez no elimine todos sus problemas, pero les da las fuerzas que necesitan para seguir adelante (Filipenses 4:13). Usted puede tener la certeza de que él escucha sus oraciones, pues la Biblia asegura: “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu” (Salmo 34:18). Lo que es más, Dios puede escuchar sus ruegos por ayuda aun cuando usted ni siquiera sea capaz de expresar sus sentimientos con palabras (Romanos 8:26, 27).
  • Ejemplos bíblicos animadores. El escritor de uno de los salmos le expresó su angustia a Dios con estas palabras: “Desde lo profundo de mi desesperación [...] clamo por tu ayuda”. ¿Qué lo ayudó a combatir su depresión? Recordar que Dios no desea que vivamos atormentados por sentimientos de culpa. “Si llevaras un registro de nuestros pecados —reconoció el salmista—, ¿quién, oh Señor, podría sobrevivir? Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte.” (Salmo 130:1, 3, 4Nueva Traducción Viviente.)
  • Esperanza. Además de darnos consuelo hoy, Dios promete poner fin a todas las causas del sufrimiento y la depresión. Cuando cumpla dicha promesa, “las cosas anteriores [como el dolor de la depresión] no serán recordadas, ni subirán al corazón” (Isaías 65:17).
Nota: Los testigos de Jehová confiamos en la ayuda que Dios brinda, pero también buscamos atención médica cuando sufrimos de enfermedades como la depresión (Marcos 2:17). Con todo, no promovemos ningún tratamiento en particular, pues cada quien debe tomar sus propias decisiones en materia de salud.

miércoles, 6 de febrero de 2019

¿Puede ayudarme la Biblia si ya no quiero vivir y he pensado en suicidarme?

La respuesta que da la Biblia

Sí puede ayudarlo, pues es la Palabra de Dios y él consuela a los desanimados (2 Corintios 7:6). Aunque no es un libro de salud mental, la Biblia ha ayudado a muchas personas a vencer los pensamientos suicidas. Los consejos prácticos que contiene también pueden ayudarlo a usted.

 ¿Qué consejos prácticos nos da la Biblia?

  • Exprese sus sentimientos.

    Lo que dice la Biblia: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).
    Significado: Cuando tenemos pensamientos que nos angustian, necesitamos ayuda.
    Si no le cuenta a nadie cómo se siente, la carga que lleva puede volverse insoportable. Pero, si habla de sus sentimientos, la intensidad de sus emociones puede disminuir y verá sus problemas desde una perspectiva diferente.

    Intente esto: Hable hoy mismo con alguien, quizás con un familiar o un amigo de confianza. * Además, puede expresar sus sentimientos poniéndolos por escrito.
  • Busque ayuda profesional.

    Lo que dice la Biblia: “Las personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí” (Mateo 9:12).
    Significado: Cuando estamos enfermos, debemos acudir al médico.
    Los pensamientos suicidas pueden ser síntoma de una enfermedad mental o emocional. Igual que no nos avergonzamos de una enfermedad física, tampoco debemos avergonzarnos de una enfermedad mental o emocional. Estas enfermedades tienen tratamiento.
    Intente esto: Busque la ayuda de un médico especializado lo antes posible.
  • Recuerde que usted es importante para Dios.

    Lo que dice la Biblia: “Se venden cinco gorriones por dos monedas de poco valor, ¿no es verdad? Sin embargo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. [...] No tengan temor; ustedes valen más que muchos gorriones” (Lucas 12:6, 7).
    Significado: Usted es muy valioso para Dios.
    Tal vez se sienta solo, pero no lo está. Dios sabe por lo que usted está pasando. Y aunque haya perdido las ganas de vivir, Dios se preocupa por usted. El Salmo 51:17 dice que Dios no rechaza “un corazón quebrantado y aplastado”. Está claro que Dios lo ama y quiere que usted viva.
    Intente esto: Busque pruebas en la Biblia de que Dios lo quiere. Por ejemplo, en el capítulo 24 del libro Acerquémonos a Jehová hallará algunas.
  • Ore a Dios.

    Lo que dice la Biblia: “A la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes” (1 Pedro 5:7).
    Significado: Dios quiere que usted le cuente todo lo que siente y le preocupa.
    Dios puede darle paz interior y fuerzas para seguir adelante (Filipenses 4:6, 7, 13). Así es como Dios ayuda a los que se acercan a él (Salmo 55:22).

    Intente esto: Ore a Dios hoy. Use su nombre, Jehová, y dígale lo que siente (Salmo 83:18). Pídale que lo ayude a seguir adelante.
  • Medite en la esperanza que da la Biblia para el futuro.

    Lo que dice la Biblia: “Esta esperanza la tenemos como ancla [...], tanto segura como firme,” para nuestra vida (Hebreos 6:19).
    Significado: Sus emociones pueden llevarlo de un lado a otro, como una tormenta a un barco. Pero la esperanza de la Biblia es como un ancla que puede darle estabilidad.
    Esta esperanza no es una ilusión, sino que se basa en la promesa de Dios de eliminar todo lo que nos hace sufrir (Revelación 21:4).
    Intente esto: Lea más sobre la esperanza que da la Biblia en la lección 5 del folleto Buenas noticias de parte de Dios.
  • Haga algo que le guste.

    Lo que dice la Biblia: “Un corazón que está gozoso hace bien como sanador” (Proverbios 17:22).
    Significado: Hacer cosas que nos gustan ayuda a mejorar nuestra salud mental y emocional.

    Intente esto: Haga algo que ya sabe que le gusta. Por ejemplo, escuche música que lo haga sentir mejor, lea algo que lo anime o busque un pasatiempo. También será más feliz al ayudar a otros, aunque sea con algo sencillo (Hechos 20:35).
  • Cuide su salud física.

    Lo que dice la Biblia: “El entrenamiento corporal es provechoso” (1 Timoteo 4:8).
    Significado: Hacer ejercicio, dormir bien y comer de manera saludable es bueno para usted.
    Intente esto: Salga a caminar a un ritmo rápido, aunque sea solo por quince minutos.
  • Recuerde que los sentimientos, como otras cosas en la vida, cambian.

    Lo que dice la Biblia: “Ustedes no saben lo que será su vida mañana” (Santiago 4:14).
    Significado: Los problemas que nos afligen, incluso los que pensamos que no tienen solución, pueden desaparecer con el tiempo.
    Por muy difícil que parezca la situación a la que se enfrenta hoy, puede cambiar mañana. Así que no se rinda (2 Corintios 4:8). Los problemas que lo angustian pueden cambiar con el tiempo, pero ninguna persona puede revertir el suicidio.
    Intente esto: Lea en la Biblia relatos de personas que se sintieron tan desanimadas que desearon morir. Descubra cómo mejoró su vida con el tiempo, en ocasiones de maneras inesperadas. Vea a continuación algunos ejemplos.

 ¿Habla la Biblia de personas que desearon morir?

Sí. La Biblia habla de algunas personas que dijeron que querían morir. Dios no se enojó con ellos, sino que les ofreció ayuda. Él puede hacer lo mismo por usted.

Elías

  • ¿Quién fue Elías? Aunque fue un profeta valiente, a veces se sintió deprimido. Santiago 5:17 dice que Elías era un “hombre de sentimientos semejantes a los nuestros”.
  • ¿Por qué deseó morir? En cierto momento, Elías se sintió solo, tuvo miedo y pensó que no valía para nada. Así que suplicó: “Oh Jehová, quítame el alma” (1 Reyes 19:4).
  • ¿Qué lo ayudó? Elías abrió su corazón y le expresó sus sentimientos a Dios. ¿Cómo lo animó Jehová? Le mostró que se preocupaba por él y le permitió ver pruebas de su poder. También le aseguró que era una persona muy valiosa y le dio un ayudante capaz que iba a cuidar de él.
  • Lea sobre Elías: 1 Reyes 19:2-18.

Job

  • ¿Quién fue Job? Fue un hombre rico con una familia grande y también fue un siervo fiel del Dios verdadero.
  • ¿Por qué deseó morir? De la noche a la mañana, la vida de Job se convirtió en una pesadilla. Perdió todos sus bienes, todos sus hijos murieron trágicamente y tuvo una enfermedad muy dolorosa. Para colmo, lo acusaron falsamente y con crueldad de ser el responsable de lo que le estaba pasando. Job estaba tan harto de su vida que llegó a decir: “No quisiera vivir” (Job 7:16).
  • ¿Qué lo ayudó? Job le oró a Jehová y también habló con otras personas (Job 10:1-3). Recibió ánimo de un amigo comprensivo, Elihú, quien lo ayudó a ver sus problemas desde una perspectiva diferente. Pero lo más importante fue que Job aceptó la guía y la ayuda de Dios.

Moisés

  • ¿Quién fue Moisés? Fue un líder del antiguo pueblo de Israel y un profeta fiel.
  • ¿Por qué deseó morir? Moisés tenía una tremenda carga de trabajo, lo criticaban constantemente y llegó a sentirse agotado. Por eso le imploró a Dios: “Por favor, mátame” (Números 11:11,15).
  • ¿Qué lo ayudó? Moisés le contó a Dios cómo se sentía. Dios lo ayudó a aligerar sus responsabilidades para que no se sintiera tan estresado.
  • Lea sobre Moisés: Números 11:4-6, 10-17.