miércoles, 5 de diciembre de 2018

La relación con los suegros

La relación con los suegros

EL PROBLEMA

“Atravesábamos una situación delicada, y mi esposa habló con sus padres del tema. Su padre me llamó para aconsejarme. No me hizo ninguna gracia.” (James) *
“Mi suegra siempre dice: ‘¡Echo tanto de menos a mi niño!’. Me cuenta lo unidos que estaban, y eso me hace sentir culpable por haberme casado con él y causarle tanto dolor a ella.” (Natasha)
¿Se puede evitar que un problema con los suegros se convierta en un problema para el matrimonio?

LO QUE DEBE SABER

Con el matrimonio se forma una nueva familia. La Biblia dice que el hombre que se case “dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa”. Lo mismo sucede en el caso de la esposa. Al casarse, los dos se convierten en “una sola carne”. Son una nueva familia (Mateo 19:5).
Su matrimonio debe ocupar el primer lugar. “Uno de los objetivos básicos del matrimonio es establecer un sentido de equipo o de unión entre esposo y esposa —escribe John Gottman, consejero matrimonial—. Crear o renovar ese sentido de unión con el cónyuge supone despegarse de la familia de uno.” *
A algunos padres les es difícil adaptarse. Un esposo joven relata: “Antes de casarnos, mi esposa siempre daba prioridad a los deseos de sus padres. Después de casados, su madre se dio cuenta de que otra persona ocupaba el primer lugar. No le fue fácil aceptarlo”.
A algunos recién casados también les resulta difícil. “A los amigos los eliges, a los suegros no —comenta James—. Es como si alguien te dijera: ‘Tienes dos nuevos amigos, tanto si te gustan como si no’. Aunque te vuelvan loco, son tu familia.”

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